Parque Vicente Loriente de Castropol - ayto-castropol
- ayto-castropol
- Turismo
- ¿Qué visitar?
- Plazas y monumentos
Parque Vicente Loriente de Castropol
S. XIX / XX
Poquísimos espacios públicos de Asturias atesoran un encanto tan genuino y peculiar como este parque, claro que sólo el hecho de estar situado en una villa y un enclave costero como el de Castropol y su ría, ya suponen todo un argumento en pro de su belleza. Aun así, el parque “Vicente Loriente” es, en si mismo, ejemplo único de la impronta legada por los hijos del pueblo que alcanzaron el prestigio y el reconocimiento sociales en tierras de ultramar.
Debe su nombre al ilustre D. Vicente Loriente, emigrante a cuba que tras hacer fortuna con el comercio de géneros en La Habana, se convirtió en el principal benefactor de la villa de Castropol. No en vano, S. M. el rey Alfonso XIII, a propuesta de su ministro de marina, le concedió la Gran Cruz del Mérito Naval (blanca) por los trabajos realizados por él para la erección del monumento a Villaamil, esta condecoración, la más alta que la marina puede conceder a los hombre civiles, seria motivo de legítima satisfacción para todos los castropolenses.
El espacio verde era, con antelación a la construcción del parque lugar de encuentro de los vecinos de Castropol; una “alameda” (así se denominaba popularmente) donde se celebraban los festejos y reuniones del pueblo.
El parque conserva todo el encanto de la época en la que fue creado. Acomodado entre las singulares arquitecturas de la capilla de Santa María del Campo, el Quisco de la Música y el ecléctico Casino-Teatro, toma su configuración actual en el año 1911, coincidiendo con la inauguración de la estatua de D. Fernando Villaamil ubicada en su parque central, adquiriendo así una fisonomía mucho más acorde con el concepto de parque desarrollado a partir de la primera mitad del siglo XIX.
La conservación de su estado, evitando en lo posible cualquier tipo de alteración, es primordial para salvaguardar uno de los pocos de su género que han llegado hasta nosotros como si el tiempo no hubiera transcurrido.